Cómo limpiar las brochas de maquillaje

Cómo limpiar las brochas de maquillaje

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Roberta Lister  Si creías que para lucir una piel impecable hacen falta productos de calidad y cuidar tu rostro diligentemente con una buena rutina, tenías razón; pero hay un paso muy importante en el proceso que muchas olvidamos: limpiar con regularidad nuestras brochas de maquillaje. Sigue nuestra guía en seis pasos en defensa de las heroínas anónimas de toda rutina de belleza.

Ya estés en busca del look de belleza perfecto; ya porque quieras prolongar la vida útil de tus herramientas; o simplemente para mantener una piel sana, no puedes pasar por alto la importancia de limpiar tus brochas de maquillaje. “Siempre digo que mis brochas son como mis manos especiales para maquillarme”, dice Charlotte Tilbury, make-up artist británica y fundadora de la marca homónima de cosmética y cuidado facial. “Ningún pintor puede crear una obra de arte sin los pinceles adecuados, y del mismo modo, ningún maquillador puede hacer looks mágicos si no tiene unas brochas excelentes”.

Unas brochas bien elegidas son las que consiguen mejores resultados de aplicación, y aunque Kylie Jenner prendía el debate el año pasado entre las defensoras de las brochas sintéticas frente a las que prefieren la fibra natural, lo cierto es que pueden encontrarse herramientas de calidad en ambas categorías. La mayoría de maquilladores llevan en su kit brochas de los dos tipos, aunque la regla de oro más generalizada es que las brochas sintéticasfuncionan mejor para aplicaciones líquidas porque no absorben el producto; mientras que las de fibra natural son preferibles para distribuir el producto en polvo.

Una vez te hayas hecho con ellas, la mejor manera de garantizar que no se estropeen a la primera de cambio es limpiarlas con regularidad. “Si cuidas bien las brochas pueden durar años”, asegura Jamie Coombes, make-up artist internacional de Dior. “Sabes que tienes que cambiarlas cuando las cerdas se debilitan y empiezan a caerse”. También es esencial cuidarlas de cara a optimizar su uso diario. “El producto puede apelmazarse o secarse en las cerdas, de modo que pierden flexibilidad o admiten menos producto, con lo que la brocha reduce su eficacia”, explica Julia Stewart, directora internacional de formación en Shiseido. Además, las consecuencias de una mala rutina de limpieza pueden empezar a notarse enseguida en nuestra propia piel. “Si no limpiamos la brocha debidamente, acumula bacterias que pueden causarnos problemas e infecciones”, añade Coombes.

A continuación, detallamos las seis normas esenciales para limpiar bien tus brochas de maquillaje.

1. Limpia las brochas de base de maquillaje cada pocas semanas

Las brochas que usamos para aplicaciones líquidas o productos en crema, como la base de maquillaje, el corrector o el iluminador, deben lavarse cada pocas semanas ya que estas fórmulas se acumulan más rápidamente”, explica Stewart. Aunque este es el límite máximo, ya que si las usas con mucha frecuencia lo preferible es limpiarlas una vez por semana.

2. Lava las brochas para polvos una vez al mes

Las brochas que usamos para fórmulas en polvo, como las sombras de ojos o los polvos bronceadores, solo hace falta lavarlas una vez al mes”, aconseja Stewart. Si así lo haces, evitarás que las cerdas puedan llegar a dañarte la piel así como las mezclas caóticas de color. “Si se acumula producto en la brocha de anteriores aplicaciones, lo más seguro es que pierdan movimiento, suavidad y flexibilidad, además de que pueden mezclarse los diferentes colores y estropearte el acabado”, expone Tilbury.

3. Para las brochas de fibra natural, usa un limpiador suave

“Mis brochas naturales las cuido como a mi propio pelo”, dice Coombes. Un champú normal –el champú de niños es muy popular– con agua templadaelimina perfectamente de las cerdas los restos de aceite, polvo y ceras dejándolas limpias y secas. El objetivo de esta limpieza es librarse de las bacterias, no de las cerdas, así que más vale perfeccionar nuestro método: “Intenta no presionar hacia abajo la cabeza de la brocha, porque podrían romperse las fibras más cortas y frágiles”, advierte.

4. Las brochas sintéticas aguantan limpiezas más intensas

“Con las brochas para base muy usadas, utilizo un lavavajillas líquido ecológico, con cuidado de aclararlo bien después”, explica Coombes. Si te resulta demasiado fuerte, prueba con una pastilla de jabón de Castilla, pero la técnica tendrá que ser más rigurosa. “Tendrás que lavar las brochas de base de maquillaje y las de labios más concienzudamente para que salgan bien todos los restos de aceite y ceras”, añade.

5. Adapta tu método de lavado al tamaño de la brocha

La mejor forma de lavar las brochas es hacerlo en la palma de la mano. “Para las brochas más grandes, masajea las cerdas con la cabeza de la brocha mirando hacia abajo; y para las pequeñas, pon un poco de limpiador en la palma de la mano y frota suavemente con cuidado de no doblar la base de las cerdas”, apunta Coombes. Aclara abundantemente hasta que el agua salga limpia.

6. Seca las brochas boca abajo

“Una vez aclaradas, escurre suavemente el agua, envuélvelas en papel de cocina y aprieta despacio”, dice Coombes. Para incrementar la vida útil de tus brochas, es importante que la virola (la base de metal de la brocha) esté siempre seca. “Si la virola se queda húmeda hará que las cerdas se desprendan del pegamento y terminen por caerse”, advierte Stewart. “Para evitar que el agua se cuele en el interior mientras secas la brocha, enróllala en el extremo de una toalla con la empuñadura hacia arriba y las cerdas apuntando hacia abajo”, aconseja.

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